Monday, November 24, 2014

ANALISIS POST-MORTEM II DE LAS ELECCIONES INTERMEDIAS DE LOS ESTADOS UNIDOS



(Picture from the National Journal)
POST-MORTEM II DE LAS ELECCIONES INTERMEDIAS DE LOS EU: HAY QUE EJERCER MUCHA CAUTELA CON LA ORDEN EJECUTIVA DEL PRESIDENTE OBAMA

Continuando con el tema de la reforma inmigratoria que se dejó pendiente en mi primer análisis post-mortem de las elecciones intermedias de los Estados Unidos, en éstos momentos, la población indocumentada de los Estados Unidos anda de plácemes con la orden ejecutiva del Presidente Obama. Sin embargo, tendrían que actuar con muchísima cautela, por las siguientes razones:

En primera instancia porque el Presidente Obama es un individuo netamente político. No da el más mínimo paso sin huarache. 

Por lo mismo reviste de un muy alto "sospechosismo" que después de toda una larga trayectoria política, empezando por sus días como Senador, en oposición a cualquier intento de una reforma inmigratoria, que de pronto diera un giro de 180 grados. 

Obama siempre estuvo de acuerdo con los sindicatos - la espina dorsal de su base y los que cabildearon exitosamente para eliminar al programa de trabajadores temporales que existió en los '60s - que la inmigración ilegal afectaba de una manera negativa a los afro-americanos y a los trabajadores de la clase baja, al presionar a los salarios hacia la baja, a la par de estrechar demasiado los límites del estado de bienestar.

Por ende, como se detalló en el artículo previo, el Senador Obama se opuso en primera instancia a esfuerzos bipartidistas, al punto de traicionar al Presidente George W. Bush y a sus correligionarios Demócratas, al declarar en corto su apoyo al proyecto de ley bipartidista que el Congreso y la Casa Blanca habían negociado para otorgarles una verdadera amnistía a los inmigrantes indocumentados, sólo para luego salir a votar en contra del mismo proyecto.  

Por la misma vertiente, repudió una y otra vez en foros públicos por más de 20 veces, las insistencias de parte de los activistas de que él tomara acción unilateral, subrayando que él como Presidente no tenía la autoridad bajo la Constitución de los Estados Unidos de tomar una acción semejante sin la aprobación del Congreso.

Y no hay que olvidar que cuando Obama fue elegido por 1era vez, prometió sacar adelante una reforma inmigratoria durante su 1er año, cuando los Demócratas controlaban todo el poder: la Casa Blanca y las dos Cámaras del Congreso. En efecto, pudo haber sacado la reforma que el hubiera querido sin problema alguno, y sin embargo, prefirió no hacerlo.

Estando así las cosas, la pregunta obligada es ¿porqué ahora y porqué por orden ejecutiva? 

Basado en su comportamiento durante su carrera política, tal parece que se conjuntaron varios factores:

Obama nunca realmente ha cambiado de parecer respecto a su apreciación de la inmigración indocumentada PERO otros factores aparentemente pudieron mas; entre ellos:

El primero en la lista: los Republicanos. Obama NUNCA ha querido NADA que ver con ellos. Más que oposición, los considera el enemigo - al punto de preferir negociar con los Iraníes antes de que con ellos. Como el Presidente Fox y los partidos en oposición en su momento, Obama nunca ha perdido oportunidad alguna para constantemente vilificarlos y descalificarlos. El mainstream media siempre le ha hecho eco, creando en el extranjero una impresión poco real de los acontecimientos como se han venido dando.

El caso es que, desde esa perspectiva, a sabiendas de que el tema de la inmigración ilegal es uno que ha tenido divididas a las distintas facciones del partido Republicano, no está de más pensar que mantuvo al tema aparte como su as en la manga, para utilizarlo en el momento político más propicio para causarles el mayor daño a sus enemigos - sin importarle como le afectaría su actuación a su propio partido y a los que ostensiblemente estaría ayudando. 

¿Y qué mejor momento de causar estragos en las facciones Republicanas que saliendo tremendamente victoriosos de una elección histórica donde tendrían que estar sintiéndose de lo más eufórico? Pues ahí les va un balde de agua bien frío. Well, that´s politics. Hardball politics.

Factor No. 2: el ego de Obama. Como muchos ya lo han comentado anteriormente, Obama es una persona sumamente narcisista con un ego extra grande, acompañado de un "very thin skin" - o sea, una susceptibilidad exagerada. Además de ser bastante vengativo. 

Por ende, él ha estado siempre por encima del bienestar del país e inclusive de sus correligionarios Demócratas. El ejemplo más reciente se dio precisamente en las recientes elecciones intermedias. Para ganar sus carreras, los candidatos Demócratas huyeron de él y sus políticas, al considéralos elementos tóxicos; a Obama en particular, lo tacharon de "irrelevante." 

A pesar de ser un individuo supra político y que tendría que haber entendido la dinámica de las elecciones, a días de que salieran a votar los votantes, declaró que no se confundieran: no obstante los esfuerzos de los Demócratas por distanciarse, todas sus políticas estaban en la balota. Con todo respeto, sus colegas han de haber dicho: no me ayudes compadre!

Bueno pues, ya saben todos que pasó: los Demócratas sufrieron una tremenda paliza como pocas - si es que alguna - se ha visto en la historia de los Estados Unidos. . .


El actuar como lo ha hecho y sobre el tema con el cual lo ha hecho, ha hecho que Obama nuevamente  sea "relevante" y - no obstante unas elecciones históricas en su dimensión - toda la conversación y la cobertura de los medios se ha volcado hacia él. Perdió las elecciones, pero ha ganado los reflectores post-elección. Nuevamente es Obama el centro de atención de todos. 

¿Y bien, nuevamente, cuál es el problema?

En realidad son muchos.

Empezando por que los Estados Unidos son un país forjado por una tradición demócrata ("d" minúscula), fundamentada en la separación de poderes, donde el estado de derecho siempre ha tenido una posición preponderante y de suma importancia para su desarrollo económico. En una de esas, hasta se podría decir que el estado de derecho ha sido el factor principal que ha llevado a los Estados Unidos a ser la potencia No. 1 del mundo.

Pasando por que el Congreso está constituido por los representantes elegidos por el pueblo para representar sus intereses. Por ende, su voz es la definitiva. Punto. Así, si la Cámara Baja no se ha movido sobre el proyecto de ley de la reforma inmigratoria aprobada por el Senado. NI MODO. A través de sus representantes, el pueblo no sólo ha hablado, pero ha ratificado su postura en éstas últimas elecciones. 

Constitucionalmente, un Presidente en los Estados Unidos no tiene derecho a decir, pues ya me cansé de esperar al Congreso y me voy por la libre. El Congreso opera a sus tiempos acorde a la voluntad del pueblo.

Lo que SI puede hacer un Presidente y todos los que estén a favor de una causa u otra, es persuadir a los miembros del Congreso y - más importantemente - al público sobre las bondades su postura. 

Eso requiere en primera instancia, consultar al pueblo (en los  Estados Unidos, entre otras formas, se hace a través de los "Town Hall Meetings") y de ahí, sentarse con los miembros del Congreso para encontrar los lugares comunes donde se pueda avanzar el tema para llegar a una conclusión acordada por todos que el pueblo pueda aceptar. En ese sentido, como cualquiera del sector privado sabe, EL LIDER MARCA LA PAUTA.  Y el presidente de los Estados Unidos es el líder quien marca el tono, y el cual a través de sus acciones, evidencia el querer trabajar de buena fe en equipo con todos los actores políticos y económicos. Entre muchos otros, los Presidentes Reagan y Clinton lo entendieron perfecta y cabalmente - es más, como ya se ha mencionado, ésta era la parte de la política que más le apasionaba y encantaba al Presidente Clinton.

Una democracia como lo había venido siendo los Estados Unidos, se manejaba a través de la cortesía profesional y del diálogo entre todos los actores. No a través de la imposición y de la vilificación (bueno por lo menos no con tanta constancia y al nivel que se ha visto en la administración Obama). Más bien los partidos se manejaban como en un juego de rugby: en la cancha se daban del todo, pero al concluir el juego, se reunían para tomar una cerveza y compartir anécdotas, etc., manteniendo de cierta manera un aire colegiado.

Inclusive la llamada "Dictadura perfecta" del PRI en México la cual duró unos 70 años, se basó en mantenerse en el poder a través de la conciliación y la búsqueda de un consenso entre todos los sectores tras bambalinas. En tiempos actuales, el Pacto por México justamente se logró a través de una búsqueda de lugares comunes entre todos los sectores. Imagínense que el Presidente Peña Nieto le hubiera impuesto la reforma energética al pueblo de la misma manera que el Presidente Obama ha impuesto los cambios a las leyes migratorias de los Estados Unidos a su pueblo. No se la acabaría.

Nuevamente como dirían los americanos, y los buenos políticos saben, ni se diga los Estadistas de primer nivel, "it's negociation 101" - es básico - que para que cualquier negociación fructifique y resulte en un "win-win" para todos, todos los actores necesitan sentirse "invertidos" en las mismas.

Por el contrario, cuando una parte impone su voluntad a la otra, podrá lograr un pequeño éxito a corto plazo, pero a largo plazo, lo único que ha logrado es sembrar las semillas de la discordia y del resentimiento. 

En el caso de Obama, ¿cuál era la necesidad de hacer añicos lo que restaba del pacto social entre los gobernados y sus gobernantes, y de que el país se convulsione en una crisis constitucional extremadamente divisoria, cuando la reforma se podría haber hecho con un proceso que unificara al país y no lo dividiera aún más? Ciertamente que Obama hubiera tenido que compartir la gloria con los Republicanos, pero él y los Demócratas también hubieran quedado bien parados.

Por ende, el problema de como actuó el Presidente Obama.

Si fue legal o no la orden ejecutiva, será cuestión a resolver por la Suprema Corte, la cual, seguramente - cómo ya ha fallado varias veces en contra del mismísimo Presidente Obama por similarmente irse por la libre en otros temas - declarará inconstitucional la toma de poder tan descarada del Presidente. Los ejemplos ofrecidos por los "talking points" de los Demócratas no vienen al caso al comparar naranjas con manzanas. 

Sin embargo, no obstante, el daño ya va mucho más allá, y en una de esas, los mayores perjudicados son y serán los mismos inmigrantes ilegales.

Si el Presidente Obama se pudo esperar 6 años después de que él pudo haber sacado una reforma inmigratoria a su parecer en su 1er año - y luego se volvió a esperar hasta que concluyeran las elecciones intermedias de Noviembre - se pudo haber esperado unos meses más para que el nuevo Congreso tomara cargo, para sentarse con ellos para aprobar una reforma integral bipartidista. De cualquier forma, el Congreso saliente no hubiera podido sacar un proyecto de ley de aquí Diciembre aunque hubiera querido - y en realidad, no sería de lo más correcto dado que en enero el nuevo Congreso elegido por el pueblo, ya estaría en funciones.

Una reforma bipartidista negociada entre todos los actores, hubiera sido muy benéfica para el país al cerrar un tema sumamente contencioso, y al quedar todos los actores invertidos en el debate y en el proceso. Inclusive, se pudo haber dado una verdadera euforia y sentimiento de haber logrado algo importante para el país y para los indocumentados en particular.

Sin embargo, la actuación unilateral del Presidente, se ha interpretado como una cachetada al nuevo Congreso, y de ahi a los Republicanos, y de ahi al pueblo mismo, rompiendo cualquier vínculo de confianza y cortesía profesional que se hubiera podido suscitar. Si de por si, una de las trabas a sacar una reforma integral ha sido precisamente que, gracias a su manera de llevar al ejecutivo de forma imperial, los Republicanos de la Cámara Baja ya no creían ni un tantito que el Presidente fuera a ejecutar como debiera cualquier ley aprobada - y que, por el contrario, nada más la usaría como todavía otra plataforma para seguir haciendo lo que quisiera bajo el manto de la "discrecionalidad."

Pues si ya los Republicanos (y hay que decirlo, el pueblo mismo) le habían dejado de tener confianza, en lugar de buscar re-establecerla, Obama ahora ha logrado que mucho menos le vayan a tener la más mínima confianza. Estando así las cosas, quizá se ha cerrado la ventana de oportunidad para sacar adelante una reforma - por lo menos una integral - por muchos años. Además del enorme daño propinado al estado de derecho, en ese sentido los más damnificados, son los inmigrantes ilegales.

Pero ahí no termina la cosa. Actuando como ha actuado el Presidente en cara de unas elecciones que más contundentes no pudieron haber estado, ya está causando un enorme revuelo de oposición y un enorme resentimiento - inclusive entre aquellos que, en principio pudiesen haber estado de acuerdo con el contenido de la orden ejecutiva.

Y ese revuelo va mucho más allá de los Republicanos, al punto, que es muy posible que el Presidente Obama acaba de garantizar que en el 2016, el nuevo presidente será Republicano. 

A pesar de que está repuntando la economía de los Estados Unidos, los americanos siguen sintiéndose muy vulnerables económicamente. Muchos más de los que indicarían las cifras, siguen sin encontrar trabajo - muchos inclusive llevan años buscando trabajo. Estando así las cosas, el sentimiento generalizado es que la administración del Presidente Obama debiera darles prioridad a los ciudadanos americanos antes de que a un grupo el cual, desde su punto de vista, ni siquiera tiene derecho a estar en el país, mucho menos a competir por sus trabajos, y todavía menos a quitárselos por cobrar salarios más bajos.

Unos cartones ilustran a la perfección el sentir de allende el Rio Bravo:




Al respecto de extranjeros, en México luego se cantan igual de bien las rancheras, solo que al revés: el resentimiento se da cuando empresas/organizaciones contratan - normalmente por mucho más dinero - a extranjeros para realizar trabajos para los cuales existen candidatos Mexicanos perfectamente capacitados para realizarlos . . .

Por otro lado, quizás en México, al nivel político, con un sistema que ha sido Presidencialista a ultranza y el estar acostumbrados a vivir en un país sin un verdadero estado de derecho, no se comprenda bien a bien, el sentimiento tan profundo y tan extenso de los americanos comunes y corrientes de haber sido traicionados y violados en sus derechos por la acción del Presidente. Y a comparación con los indocumentados, ellos si votan.

La mismísima guerra de independencia de los Estados Unidos se peleó para evitar un gobierno monárquico, y la Constitución se ideó expresamente para acotar el poder de cualquier presidente por los otros dos poderes, y así asegurar la LIBERTAD - entendida en toda su extensión - del pueblo y que todos los ciudadanos fueran iguales ante la ley, sin importar su origen.

A pesar de haber dado clases en derecho constitucional por varios años, para Obama la Constitución americana no ha sido más que un punto de referencia - si es que eso. Sus intereses políticos de imponer un sistema socialista siguiendo los preceptos del manual de Saul Alinsky y de sus mentores marxistas, siempre han sido su compás real. Mientras que logre esa meta, lo demás simplemente no le importa, ni siquiera el daño económico y en lo personal que han ocasionado sus políticas. La ideología lo es todo.

Regresando al tema de los indocumentados, una meta de los Demócratas ha sido convertir a los estados rojos (el color de los Republicanos), en estados azules (el color de los Demócratas) - no obstante que los estados rojos han creado más empleos y han tenido un desempeño económico superior a los azules. Así, al igual de como piensan que el electorado americano es "demasiado estúpido" para entender los matices de proyectos de ley (un escandalazo que se está suscitando, as we speak...), de la misma manera piensan que una vez nacionalizados los indocumentados, marcharán y votarán en bloque a favor de los Demócratas. Por ende, si muchos sufren penurias inimaginables o se mueren en el intento de llegar a Estados Unidos, valdrá la pena si la mayoría logra llegar. Ese es un cálculo de un cinismo extraordinario, deleznable, despreciable, e imperdonable. Esa politización del tema también ayuda a explicar la reticencia de los Republicanos.

Para concluir, se reitera que no hay que descartar el aspecto narcisista y vengativo de la personalidad de Obama. Sabiendo el revuelo intenso que ocasionaría actuar de esta manera en lugar de trabajar con el Congreso, no sólo está garantizando un cambio de partido en el 2016 en la Presidencia, pero en una de esas con toda intención le ha asestado un golpe mortal a la campaña de Hillary Clinton - la cual nunca ha sido santo de su devoción, no obstante sus pronunciamientos dientes para afuera.

Entretanto, sean cuales sean sus intenciones o no, lo cierto es que el Presidente Obama esta minando seriamente al sistema que justamente lo llevó a él a la Presidencia, y está poniendo a los ilegales en particular en una posición muy vulnerable.

Además de abanicar el resentimiento de los ciudadanos americanos hacia no sólo los indocumentados sino hacia todos los hispanos (ya se vivió éste tipo de vendaval en California a principios de los '90s, a raíz de la Proposición 187), el contenido mismo de su orden ejecutiva no les da a los indocumentados más que un respiro temporal, y la orden misma se puede revertir por un nuevo presidente entrante, por una ley aprobada por el Congreso, o por la Suprema Corte.

Hay quienes podrían decir como Geraldo Rivera que no importa que Obama haya hecho lo que hizo con malas intenciones y de una manera política y constitucionalmente equivocada, lo importante es que lo hizo. Y quizás tengan razón en el sentido de que ahora los Republicanos están bajo una mayor presión para lidiar ya de una vez con el tema de una forma contundente. Puede que los Republicanos en efecto redacten varios proyectos de ley humanistas que resuelvan por lo menos los atolladeros. Sin embargo, hay que tener cuidado con lo que se pide, porque en una de esas, la respuesta Republicana no les va gustar, pero sí se van a tener que atener a ella.

Mientras tanto, si los indocumentados le dan al gobierno sus datos acorde los términos de la orden ejecutiva, si y en cuanto la orden se revierta, el gobierno sabrá exactamente quienes son y a donde encontrarlos para deportarlos. Mejor dejar que se asiente bien el polvo, y ver cómo se van desarrollando las cosas - sobre todo con y en el nuevo Congreso - antes de echarse a la parte honda del lago sin tabla de salvación.

Por otra vertiente, con toda la atención que está recibiendo la reforma migratoria en y de los Estados Unidos, sería un excelente momento para que los países de origen de la inmigración ilegal se enfocaran, y se dedicaran de lleno, a mejorar sus sistemas políticos y económicos para brindarles mayores oportunidades a su gente para que puedan superarse y salir adelante en la vida, sin tener que arriesgar su vida misma para convertirse en indocumentados en los Estados Unidos.



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