EL ECOSISTEMA PARA
EL ÉXITO EN LA ECONOMIA GLOBAL DE LA INTELIGENCIA
En la economía, el
entorno lo es todo. Este artículo explorará cómo crear el ecosistema que
optimice el éxito en la actual economía global de la inteligencia.
LA DESESPERANTE SITUACION ACTUAL
A la post de la crisis financiera del 2008, México y el mundo están en una encrucijada. Más que eso, gobiernos de
los países desarrollados están francamente desesperados. Unas más, unas menos,
pero prácticamente todas las economías del mundo están estancadas o
inclusive se están contrayendo. Lo peor es que las tasas de desempleo o van a
la alza o no terminan de bajar, mientras que los llamados "Estados del
Bienestar" ("Welfare States") están sobre extendidos en sus finanzas. Ya se han
dado estallidos sociales en algunos países. Por lo tanto, al nivel mundial,
urge encontrar una solución para salir del atolladero[1]
Algunos países "emergentes" - México incluido - han sorteado mejor la
crisis, pero eso no quita que deban quitar el dedo del renglón.
DIAGNOSTICANDO AL PROBLEMA
¿Pero,
de cuál renglón? Para resolver cualquier problema, primero es necesario
diagnosticarlo correctamente. Algunos países se han enfocado en sus déficits,
imponiendo la austeridad con pocos, si nulos resultados. Otros le han apostado
al comercio exterior, al haber sido un motor importante de sus economías. Sin
embargo, aún cuando no ha dejado de ser un apoyo importante para algunos
países, la situación mundial también lo ha cobrado como una de sus víctimas, al
bajar sus niveles en general[2].
Todavía
otros han insistido en que el problema estriba en como incrementar los empleos
dentro de su economía nacional; sin embargo, de ser el problema, está planteado
al revés. Empleos no se crean por arte de magia de la nada. Ciertamente el
gobierno puede crear empleos valiosos que contribuyen a la seguridad y al
bienestar de la sociedad, pero los empleos productivos de valor agregado que
crean riqueza y alzan el nivel de vida de todos, los crean individuos que
lanzan nuevos negocios o crecen empresas establecidas. Hay estudios que
demuestran que entre esas dos situaciones, las nuevas empresas son las que crean más de ese tipo de empleos – y de
éstas, sobre todo las llamadas “start-ups”: empresas de alta tecnología que transforman la
mismísima manera de conducir la vida, y que en muchos casos crecen a ser grandes
empresas multinacionales (Apple, Google, etc.). De cualquier forma, entre más
empresas, más empleos. Lo lógico, entonces, sería fomentar la creación de más
empresas. Dicho de otra manera, habría que fomentar al emprendedorismo en todas
sus modalidades: intrapreneurship (al interior de empresas establecidas) y
entrepreneurship (tanto en su sentido estricto el cual se refiere al lanzamiento
de las llamadas “start-ups” descritas anteriormente, como en su sentido más
expansivo, el lanzamiento de negocios nuevos de cualquier giro – o sea las pymes)[3].
Antes
de continuar, aquí habría que brevemente puntualizar que las buenas noticias son
que muchos gobiernos - por ejemplo, los de México y Corea del Sur, entre otros – han llegado a la misma
conclusión, y están realizando esfuerzos importantes respecto al impulso del
emprendedorismo. El problema es que el emprendedorismo siendo más bien un
estado mental que se finca en la creatividad y la innovación, acompañado de un
proceso de gestación orgánico, es un producto más natural del sector privado.
Difícilmente se puede legislar o exigir desde la autoridad; más bien hay que
realizar cambios profundos en las culturas. Aquí la situación es que dadas que
las dos constantes de la globalización actual son el estado perpetuo de grandes
cambios y transformaciones, y la vertiginosa velocidad a la que se están dando,
el tiempo apremia y las evoluciones culturales toman tiempo. No
obstante, nunca está de más que el gobierno brinda apoyos importantes. En el caso de México, en particular, hay una luz muy brillante en materia del emprendedorismo: los jóvenes
mexicanos que han asimilado al concepto en su cabalidad y están enfocando sus
energías creativas a emprender.
Continuando con la discusión - aún cuando los negocios luego tienen sus
propios ciclos, para que el emprendedorismo verdaderamente florezca y llegue a
su auge, se necesita crecimiento económico - y éste a su vez, necesariamente se
finca en la competitividad.
EL PROBLEMA REAL Y DE FONDO
Así,
llegamos al meollo de este artículo y de la situación mundial: el problema real
y de fondo, es una crisis de competitividad. Desde
antes de la crisis financiera/económica del 2008, la competitividad ya se venía
perfilando como el tema toral de la globalización y la marca de los ganadores;
después de la crisis[5] -
cuando el poder adquisitivo de los ciudadanos de prácticamente todos los países
se vió, y sigue, muy mermado, y escogen los productos y servicios que van a
comprar con mucho esmero - es *el* tema que merece el 150% de la atención de
todos los entes que inciden en las economías mundiales. Muchos países - pero
sobre todo los desarrollados - han perdido de vista la brújula que alguna vez
los llevó a ser desarrollados. Hay re-encontrarla y mejorarla.
Si
la competitividad no está presente a lo largo y ancho de una economía, de la
sociedad y todos sus sectores, todo lo demás no funciona –
ni el emprendedorismo, ni el comercio exterior, ni la economía doméstica - o no
funciona de una manera óptima que garantice al éxito en la economía global de
la inteligencia. Por ejemplo, los tratados de libre comercio son un activo muy
importante de un país, pero si los productos y servicios no son competitivos,
no se puede tomar la debida ventaja de los mismos.
El
otro lado de la moneda es que si la competitividad permea una economía y su
sociedad (individuos, familias, gobierno, instituciones académicas, empresas,
organismos), *todo* funciona, y hay crecimiento económico. Productos
y servicios competitivos prácticamente se venden solos, creando una economía
nacional dinámica donde se crea riqueza por la cual se pagan más impuestos[6]. Por
el otro lado, el comercio exterior también se beneficia al contener los
productos de exportación un mayor contenido nacional y los tratados les dan una
importante ventaja estratégica a esos productos y servicios competitivos al conferirles
preferencias que no gozan sus competidores. Por ende, la necesidad de
crear el ecosistema que fomente e impulse la competitividad.
¿PERO, QUE ES LA COMPETITIVIDAD?
Muchos
hablan de la competitividad, pero luego la entienden de diferente manera acorde
al contexto que manejan. Reducida a su mínima expresión, en términos económicos, la competitividad se
podría definir como la producción de productos y servicios de valor agregado al
mejor precio. Suena sencillo y fácil. Sin embargo, en su ejecución, la
competitividad es un ecosistema complejo de varios ejes y muchas aristas - todos los cuales se alimentan entre sí.
Un mapa mental ayuda a visualizar que tan complejo es en realidad:
LOS EJES DE LA COMPETITIVIDAD
Cómo
se puede apreciar del mapa mental, los 5 ejes principales de la competitividad
son:
1. Los individuos;
2. La sociedad;
3. La educación
- entendida en su expresión más amplia, más allá de la educación institucional;
4. Los usos y
costumbres del sector privado;
5. Políticas públicas
del Estado.
En
el contexto de los tiempos actuales, para que los individuos, empresas y países
sean verdaderamente competitivos, es necesario una transformación profunda a lo
largo de todas las aristas que emanan de cada eje. Por ende, es un proyecto
monumental donde *todos* los entes de la sociedad se tendrían que enfocar,
conjugar y participar para llegar a la meta.
Mientras
que lo ideal sería que los esfuerzos se realizasen en paralelo, para avanzar
más rápido, se logra más dividiendo una tarea tan grande en sus componentes más
acotados y específicos a la vez de establecer prioridades claras. Siendo así, se sugeriría
que la primera prioridad sería empezar por lo más básico y por *la* pieza
clave de la competitividad: transformando al
*individuo*. Al final de cuentas, en su esencia, la
competitividad se reduce a la actitud, preparación e interacción de los
individuos miembros de la sociedad. Además, al querer transformar al individuo,
necesariamente entran en juego todos los demás ejes y sus aristas.
LA COMPETITIVIDAD = función CREATIVIDAD +
INNOVACION
COMPETENCIA SANA Y LIBRE
Para
producir productos y servicios de valor agregado al mejor precio, se requiere
de la creatividad y la innovación – las cuales florecen más en la presencia de
una competencia libre y sana basada en la libertad de tomar decisiones económicas
propias. Visto de esta manera, hay que necesariamente empezar por formar y
forjar individuos creativos e innovadores, libres de ejercer su iniciativa
propia.
Subrayarlo
pudiese ser lugar común, y sin embargo, aún permanecen rezagos importantes en
las economías emergentes - incluyendo al mismo México - de los tiempos cuando sus
economías y sus sociedades estaban básicamente cerradas. Así, en sociedades
acostumbradas a un estatismo preponderante, al corporativismo que sofoca la
iniciativa propia, a los recintos académicos que no alientan al pensamiento
crítico en aras de una disciplina férrea que termina fomentando la sumisión,
donde ser diferente y destacar no es bien visto, donde ser inconforme es ser
calificado como sobre saltado, donde todo es micro-administrado en aras de una
uniformidad opresiva, y se fomenta la dependencia prácticamente total en
las dádivas gobierno, es nadar contra la corriente intentar forjar ese tipo de
individuos.
Por
otro lado, México puede cuando quiere. México tiene todo para ser más
competitivo al nivel país, de empresa e individual y va en el camino correcto.
La misma apertura económica, más la enorme influencia del internet y de las
redes sociales, lo están transformando y convirtiendo en una sociedad más abierta,
creativa e innovadora, que lo llevará a ser más competitivo en el ámbito
mundial – pero hay que seguir avanzando en el tema a paso redoblado.
EL INDIVIDUO PARA LOS TIEMPOS
La
competitividad finalmente depende de individuos con las siguientes
características:
1.
Personas auto-suficientes muy perseverantes de alta auto-estima y confianza
en sí mismas, y que la sepan proyectar;
2.
Personas inconformes, pro-activas, decididas, ávidas de tomar la iniciativa
propia, flexibles, optimistas, de mente abierta con la capacidad de respuestas
rápidas ante situaciones impredecibles, sin temor a tomar riesgos mesurados,
que sepan aprender de sus fracasos, y más importantemente, que sepan cómo
levantarse de los mismos y seguir adelante;
3.
Personas que le entren al trabajo duro eficiente y eficazmente, que sepan
trabajar en equipo, y que a la vez sepan enfocarse como láser en el proyecto a
la mano; que entiendan que no es el esfuerzo el que cuenta, sino los
resultados;
4.
Personas pensantes, capaces de pensar, por un lado, crítica y analíticamente,
que sepan articular sus posturas por escrito y verbalmente, y que por el otro
lado, sepan observar y pensar creativa e innovadoramente;
5.
Personas que siempre busquen superarse, y continuamente aprender;
6.
A la par, personas poseídas de una intensa curiosidad intelectual y
que sepan realizar investigaciones profundas y exhaustivas;
7.
Personas con una actitud de vida positiva, y que proyecten un gran
entusiasmo y pasión por todo lo que hacen; al mismo tiempo que sepan manejar la
ambigüedad y la incertidumbre;
8.
Personas que les guste competir sanamente y que les guste participar en los
deportes – con gran integridad y probidad;
9.
Personas con sentido del humor que no se tomen muy en serio a sí mismos,
pero sí a su trabajo;
10.
Personas que al ir desarrollando sus experiencias de vida, vayan formado el
juicio para distinguir entre lo que vale y lo que no vale de las montañas de
información a las que tienen acceso hoy en día;
11.
Y quizás, lo más importante: personas que entiendan la psicología humana, a
quienes les guste la gente, y que tengan una gran inquietud por,
y percepción de cómo ayudarla, y cómo manejar las relaciones humanas con mucha
mano izquierda.
LAS ARISTAS – LA FAMILIA, LA SOCIEDAD
y LA EDUCACION
Mucho
ya se ha comentado en los medios y en discursos sobre la necesidad imperante de
transformar a la educación institucional para que prepare a individuos con las
habilidades y capacidades más acordes a los tiempos. Totalmente correcto. Forjar
éste tipo de individuos requiere de educación, nada más habría que agregar que
se requiere de una educación en la cual deben confluir todos los entes de la
sociedad. El auto-estima empieza en casa y el primer punto de contacto
para formar éste tipo de individuo, es la familia. En casa, bajo la tutela de
los padres, es donde se aprende a ser inquisitivo, imaginativo, arrojado. Pero
la familia también se retroalimenta de la educación que están recibiendo los
hijos en la escuela, y de los mensajes que emiten los medios, las redes
sociales, el entretenimiento y los amigos – sobre todo en éstos tiempos de
grandes cambios. Por ende la importancia de que esos medios también emitan
mensajes positivos que apoyen la formación descrita arriba.
No
obstante, la educación institucional, en efecto quizás sea la influencia más
transformativa, simplemente por que ahí es donde se “socializa” a los niños y
jóvenes y los mismos pasan la primera etapa de sus vidas. Al respecto, el
modelo de educación que se ha venido siguiendo en todo el mundo ha sido uno
donde se trata a los alumnos como si estuvieran en una fábrica donde la
enseñanza es del estilo “cookie-cutter” donde se les trata como si “one size fits all,” y donde la creatividad y la iniciativa propia no son
exactamente alentadas. Para colmo, hay donde luego se les considera a los
alumnos un mal necesario para impulsar las carreras de otros. Por lo mismo,
reviste de *enorme* importancia que todos los recintos académicos
se transformen profundamente para poner a los alumnos al centro de un
aprendizaje más personalizado e interactivo que de la enseñanza pasiva. La
curricula necesita revisarse a fondo, y las carreras re-pensadas para darles
mayor flexibilidad e incluirles cursos multidisciplinarios.
Lo cierto es que la educación al nivel mundial está
en plena transformación, y en México también existe un ánimo reformista. No hay
que dejar que los anticuerpos institucionales – públicos y privados - la
descarrilen.
LAS ARISTAS – LA CULTURA EMPRESARIAL
A
partir de ahí, lo qué más influye es la cultura empresarial, al ser el trabajo
el lugar donde más tiempo se pasa en la vida después de la educación formal. Por
ende, también impactan – y mucho – las políticas de las empresas del sector
privado. Los individuos son el eje de la competitividad, pero la cultura
empresarial tiene mucho que ver en que los individuos dejen aflorar su
creatividad, su capacidad innovadora y su productividad. La actitud de
"para eso les pagan," la onda vampiresa, el temor de que un Talento excepcional
pueda hacerle sombra a alguien, la micro-administración que no permite tomar
iniciativa propias, el embotellamiento en la dirección general para tomar
decisiones, la falta de directivos de interesarse en sus empleados y
valorarlos, rara vez saliendo de sus suites ejecutivas, el robarle las ideas al
que las propuso, la necedad de no darles las herramientas necesarias a los
empleados para que puedan realizar su trabajo eficaz y productivamente desde el
primer día, etc., etc. no sólo no ayudan en nada a la competitividad, pero son
la manera más eficaz de matarla.
Si
las empresas han de ser más competitivas, necesitan modernizar su
administración y transformarse profundamente con los ejes de la creatividad y
la innovación como su brújula. Ya no están en un mercado cautivo, donde además
sobraba la mano de obra barata. Con la apertura comercial, hay que luchar por
la preferencia del consumidor – y no hay de otra, eso se hace a través de la
creatividad e innovación. Lo cual se consigue invirtiendo en el mejor Talento –
y reteniéndolo.
De ahí la suprema importancia de la cultura empresarial. Ahora que si se logra
formar los individuos descritos anteriormente, los mismos necesariamente la
irán transformando hacia una mayor competitividad – la tesis de éste artículo. No obstante, las empresas no deberán esperar –
necesitan empezar a transformarse a la de ya (el cómo hacerlo es materia de
otro artículo), y ellas mismas necesitan contribuir a la formación de
individuos más competitivos.
LAS ARISTAS – EL ESTADO
Empresas
pueden transformarse en organismos muy competitivos no obstante lo que esté
haciendo el Estado. Empero, el Estado puede obstaculizar esa competitividad, como
también puede jugar un papel importante en el impulso a la misma. Su rol
protagónico es el de crear una infraestructura y un ambiente de negocios de
reglas claras, transparentes y parejas que apoyen a la competitividad. Por esa
vertiente, mientras que las reformas estructurales no sean un paso hacia atrás
al estatismo de antaño, pueden impulsar a la competitividad de manera muy
importante. También habría que continuar reduciendo la burocracia, seguir
eliminando la corrupción, seguir adelante con la transición de un marco
regulatorio fincado en lo político hacia uno fincado en lo económico, fortaleciendo
al estado de derecho[7], necesita
diseñar un régimen fiscal competitivo y transparente que dé certidumbre, y seguir
innovando en sus procesos y sus políticas[8]. Y lo
más importante: tiene que dejar ser al sector privado.
CONCLUSION
Lo
expuesto en éste artículo no es una panacea: fue lo que llevó a los Estados
Unidos a convertirse en la potencia económica No. 1 del mundo, e impulsó los
“milagros” económicos de otros países. Así, lo que apremia es la realización de
que las sociedades están en una coyuntura donde habrán de tomar una decisión
transformativa: ¿quieren ser una sociedad competitiva que triunfará en la
economía global - o no? Y de ser afirmativa su respuesta, entonces, como lo ha
dicho reiteradamente el Presidente Peña Nieto, habría que trabajar todos juntos
para lograrlo – y no hay tiempo que perder. FIN ✨
[1] La situación mundial actual tiene pocos precedentes. La
crisis financiera del 2008 - una crisis que se desató por las políticas
públicas quizás bien intencionadas, pero erróneas y la avaricia del sectores
financieros de los Estados Unidos, repercutió como reguero de pólvora en todo
el mundo. Las economías desarrolladas se vieron especial y profundamente
afectadas, mientras que hubo economías "emergentes" que solventaron
la crisis en mejor estado - México siendo una de ellas:
En
tanto que las economías de los Estados Unidos y la Unión Europea han tenido un
crecimiento mínimo - los EU cerraron el 2010 con un crecimiento de 2.9%; el
2011 de 1.62%, y se contrajo 0.1% en el último trimestre del 2012, a la vez que
la economía de la Unión Europea tuvo un crecimiento de 2.1 en el 2010; 1.5% en
el 2011, y -0.3% en el 2012, y se predice que se volverá a contraer en el 2013
- México en el 2010 creció 5.5%; en el 2011, 3.9%, el 2012 entre 3.5%-4.0%, y
para el 2013, se espera un crecimiento de entre 4.0% y 4.5%. Por otra
vertiente similar, según la Secretaría de Hacienda, en los últimos 10 años, el
consumo privado en México creció 11%, comparada con la de los Estados Unidos,
de 5.8%. La inversión fija bruta en México fue de 19%, a la vez que en los EU
*cayó* 17.4%. Todas estas cifras tienen su componente humano: donde más
pegó la crisis fue en las tasas de desempleo. Las cifras oficiales en los
Estados Unidos llegaron a ser 10% y siguen en el 7.7%, mientras que las
*reales* están más cerca del 15%. Para algunos sectores de la población
-especialmente las llamadas "minorías" - los números están todavía
mucho más altos. 50% de los jóvenes egresados de las universidades no pueden
encontrar trabajo.
[2] Antes de que pegara la crisis, el
comercio exterior había fungido como uno de los motores que seguían impulsando
a las economías - aún cuando su mercado doméstico no era muy dinámico. Sin
embargo, al pegar la crisis, el comercio exterior fue otra de las víctimas, al
contraerse la capacidad de los países de pagar por importaciones, y también
porque la crisis desenvainó sentimientos latentes proteccionistas.
(http://www.wto.org/english/res_e/statis_e/its2012_e/its2012_e.pdf). Inclusive la China - la potencia
exportadora del mundo que acaba de sobrepasar a los EU como la No. 1 del globo,
en el 2009 sufrió una contracción en sus exportaciones globales de la magnitud
del -16%, y de sus importaciones del -11.2%, para una contracción total de
-13.9%. A pesar de un repunte en los siguientes años, la Secretaría de Comercio
de China considera que la situación continúa siendo un reto para el 2013 (ahora
que el resto del mundo ya quisiera "sufrir" lo que para la China es
"un reto": acorde a sus cifras oficiales, el comercio exterior de
China aumentó 26.7% año-con-año en enero del 2013; las exportaciones se
incrementaron 25% y las importaciones 28.8% . . .)
México también ha sufrido en materia del comercio
exterior. Desde 1992 hasta el presente México ha gozado de una posición
privilegiada, al haber concluido tratados de libre comercio con 44 países, los
cuales permiten que sus productos entren a otros mercados en calidad
preferencial; no obstante, la crisis impactó la habilidad de tomar una ventaja
más cabal de los mismos.
http://www.inegi.gob.mx/prod_serv/contenidos/espanol/bvinegi/productos/continuas/economicas/exterior/mensual/ece/ecem.pdf
[3] Estudios han demostrado que las pequeñas
y medianas empresas -"pymes" en español,
"SMEs"(small-to-middle sized enterprises) en inglés - no sólo son el
motor del crecimiento económico, creando riqueza para todos, sino que son las
crean más empleos nuevos. En particular, las llamadas
"start-ups" - empresas constituidas para transformar fundamentalmente
algún aspecto de la vida de la gente, y que generalmente son de alta
tecnología, como Apple, Facebook, Google, etc. - son un factor importante que
contribuye al PIB. Antes de la crisis, start-ups en los Estados Unidos creaban
consistentemente aproximadamente 3 millones de empleos. Steve Case, el
fundador de AOL ha comentado como en los EU, las start-ups han creado unos 40
millones de empleos en las últimas tres décadas y fueron las responsables por
el incremento neto de empleos durante ese periodo.
(http://blogs.wsj.com/accelerators/2013/02/04/for-u-s-startups-the-times-they-are-a-changing/). Un estudio del Instituto Kauffman
encontró una correlación directa importante entre la tasa de crecimiento de
pymes, el crecimiento del PIB y las tasas de empleo. El Instituto también
encontró que el "estímulo fiscal" no funcionó, mientras que cuando
crece la actividad emprendedora, crece el PIB. Sin embargo, en los últimos años
también se ha visto un descenso en el emprendedorismo. En los EU, la cuna del
mismo, en el 2010, sólo 72 start-ups apoyadas por venture capital (capital de
riesgo) se volvieron públicas, comparadas con 270 en los últimos años de los
noventa. De hecho, las cifras del Census Bureau's Business Dynamics
Statistics muestran que la tasa de crecimiento de empresas nuevas ha ido
descendiendo desde los 1980s - tendencia que se acentuó por la crisis
financiera, acompañada por una regulación excesiva, y una gran incertidumbre
respecto a la alza de las tasas de impuestos y la dirección de la economía. Por
lo mismo, a la planta laboral ha tenido un crecimiento prácticamente nulo. (http://stream.wsj.com/story/latest-headlines/SS-2-63399/SS-2-139628/)
[4]
Es notoriamente difícil predecir las vueltas
que pueda dar el mercado. En los Estados Unidos en los 80s la gran apuesta era
la “convergencia” de voz y datos en . .
. la televisión. La convergencia se ha dado pero en . . . los celulares . . .
[5]
Crisis económicas desnudan cualquier problema
crónico que pueda existir en la competitividad
[6]
Con transparencia y un mayor control de los gastos, los impuestos
generados por la nueva riqueza a la vez se pueden utilizar para ir reduciendo
cualquier déficit
[7] Pero no uno
basado en la sobre regulación - que mata si no entorpece a la competitividad -
sino uno que apoye el fortalecimiento de los derechos individuales y de
propiedad
[8]
El Estado también puede ser un gran innovador – y en México, lo ha
sido tanto en la tecnología que ha introducido para agilizar sus procesos y
eliminar la corrupción, como en sus políticas: en su momento el TLCAN fue una
de las más grandes innovaciones de los tiempos modernos en cuestión de política
y comercio exterior.
© 2013-2014 ALICIA CATALINA GONZALEZ ALDAPE / ALINA A.C.E. ALDAPE. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS
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